Cuando llegas, nunca puedes abrirte del todo. Ni siquiera tú sabes lo que llevas…lo que tu corazón contiene.

Y sueles callarte cosas, aún no me conoces. No puedes todavía desnudarte ante mí, no puedes confiarme todos tus secretos.

Te avergüenzas… y callas.

Poco a poco… vas descorriendo el velo y dejas que tu corazón vaya convirtiendo en palabras los hechos… lo vivido.

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